Definimos nuestro estilo propio de educar como “Pedagogía del corazón”. Es la pedagogía de la gratuidad, la ternura, la paciencia, la atención al pobre, al débil y al pequeño. Esta pedagogía es viva y abierta, es creativa y se adapta a la realidad que tenemos delante, abriendo caminos y creando sendas de encuentro para sacar lo mejor de cada uno de nuestros alumnos. Podemos concretarla en una serie de rasgos fundamentales: